Franco llegó a acumular fincas y pazos por un valor de más de 1.000 millones de pesetas

El programa Equipo de Investigación de La Sexta destapa la turbia relación del dictador con Pedro Urraca, un policía encargado de eliminar a los exiliados del régimen franquista en el extranjero y que hacía las veces de recaudador del «Caudillo»

Según el programa Equipo de Investigación de La Sexta, el patrimonio inmobiliario de Franco llegó a ser inmenso. Los reporteros de la cadena privada y también otros medios de comunicación que han investigado la fortuna acumulada por el dictador durante cuatro décadas, como La Voz de Galicia, aseguran que Franco llegó a acumular al menos veinte propiedades repartidas por toda España: el pazo de Meirás y el palacio del Canto del Pico (Torrelodones, Madrid); el palacete de Cornide (A Coruña); el edificio ocupado por la familia desde la muerte del dictador en la calle Hermanos Bécquer de Madrid; la casa natal de Ferrol; un palacio de caza en Castillo de las Navas (Córdoba); un chalé y dos fincas en Marbella; un chalé en Puerta de Hierro, otro en La Moraleja y propiedades en la urbanización de La Florida, en los tres casos en Madrid; tres fincas y un chalé en Guadalajara; una finca y un chalé en Torremolinos; otra finca en Bastiagueiro, así como otra procedente de los padres de Carmen Polo en Llanera (Asturias).

Se cree que Franco llegó a adquirir propiedades en Miami y Filipinas. Todo ello por valor superior a los 1.000 millones de pesetas, unos 6 millones de euros, según Mariano Sánchez Soler, el mayor investigador del patrimonio del dictador y su familia y autor de Los Franco S.A. “La gran mayoría de sus bienes los lograron con tráfico de influencias, cuando esa práctica no era vista como un delito. Se añaden los regalos que recibían de los favorecidos por el régimen, además de los que les entregaron cada semana durante 40 años de recepciones semanales en El Pardo, con presentes con precio tasado previamente por la Casa Civil y de los que nunca han dado cuenta”, explica el escritor.

Hoy los nietos de Franco hacen frente a una demanda por expolio de obras de arte, como dos esculturas que se guardan en el pazo de Meirás, residencia veraniega del anterior jefe de Estado. Las dos estatuas (Isaac y Abraham) −muestras antológicas del arte románico−, fueron retiradas del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago y terminaron en la mansión de los Franco. Se trata de bienes que forman parte del patrimonio histórico nacional y que por tanto deberían ser reintegrados al Estado. El juicio se ha aplazado porque Francis Franco, nieto del dictador, ha puesto a nombre de una empresa parte de las estatuas, según el programa de investigación de La Sexta. Hoy el pazo de Meirás está puesto en venta por 8 millones de euros, bajo condición de que el comprador que lo adquiera tendrá que mantenerlo abierto al público al menos cuatro veces al mes. En su interior hay numerosas obras de arte. También una capilla inaugurada en el año 1910. Allí están las dos estatuas de la catedral gallega.

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